Acercar y demostrar sus beneficios de forma masiva fue la oportuni- dad que la pandemia trajo para la nanociencia.Y el sector no la desaprovechó.

La propagación del Covid-19 alertó y puso a trabajar a la ciencia en la búsqueda de la forma más óptima y segura para dar batalla a la crisis sanitaria que vivía el mundo a principios de 2020. Y pese a que, hasta la fecha, el virus no ha desaparecido y se ha debido aprender a vivir con

él, la vacuna y las soluciones preventivas han sido claves para que las personas continúen con sus labores diarias.

En este contexto, la nanotec- nología demostró ser un aliado en el combate de la pandemia y además, incentivó el desarrollo de esta industria en el país y el mundo. A ojos de Marcela Moya, jefa del Departamento Industrias

4.0 de ProChile, las empresas del sector iniciaron rápidamente un proceso de pruebas y validacio- nes, generando valor científico e innovador que permitió posicionar a Chile como principal productor de micro y nanopartículas de co- bre de América Latina y el Caribe.

Lo anterior, según Manuela Hernández, directora ejecutiva de la Asociación de Micro y Nano- tecnología de Chile (AMNCH), se debe a un incremento sustancial de empresas que “han logra-
do generar productos de alta calidad” a base de micro y nano cobre, ayudando a la prevención del contagio de Covid-19.

Además, esta instancia, para Moya, ha ayudado a perfilar
a Chile no solo como un país extractor de cobre, sino como uno que le agrega valor a la pro- ducción, “entregando soluciones innovadoras a problemáticas de afectación masiva”.

El espacio que dejó el Covid-19 para
la nanociencia fue óptimo para mostrar los beneficios a las personas, generando productos con cobre para la prevención del virus. POR CONSTANZA GARÍN L.

Más innovación, nuevos desafíos

La pandemia no solo consolidó a la industria, sino que también hizo incrementar los desafíos por “tener líneas antibacterianas que sean una ayuda para consumido- res y con bases y análisis certifi- cados que sean una solución al mercado”, dice Hernán Prieto, gerente general de Procopper.

De esta forma, se han visto sani- tizantes líquidos, en spray, pastillas

concertadas incorporadas en telas para el uso de mascarillas
y ropa. Detrás de este esfuerzo, existe un “compromiso” de las empresas por generar inversiones para cubrir las necesidades de

lo que ha significado vivir con un virus, dice Manuela Hernández, de AMNCH, y agrega que esto se ve reflejado en la elaboración de una amplia línea de productos innovadores,“la contratación de profesionales altamente capa- citados, como son los científicos, y la inversión en infraestructura avanzada”.

Sin embargo, uno de los desafíos que tiene esta industria es justamente encontrar estos profesionales. Así lo dijo en su momento en un artículo acadé- mico Rodrigo Espinoza, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales (DIQBM) de la Univer- sidad de Chile, quien planteó que

es necesario que los conocimien- tos de nanotecnología puedan ser incorporados en instancias más cercanas de la ciudadanía como por ejemplo, en el currí- culum escolar para preparar a futuros ingenieros y científicos, pero también para abrir espacios de crecimiento para las empresas que ya están produciendo nano- materiales en Chile.

Otor de los retos a juicio de Marcela Moya, de ProChile, es lograr la consolidación del sector, unificando en una sola marca a las diferentes empresas de usos alternativos del cobre.“Para contribuir al posicionamiento de esta oferta, durante este año en ProChile hemos realizado distintas acciones de promoción y comer- cialización en mercados como Centro y Norteamérica, Europa y Emiratos Árabes Unidos, a partir de nuestro Pabellón en la EXPO 2020 Dubai”, comenta.